Tatzotzona
En el pueblo de Pajapan, en el sur de Veracruz, donde se habla un náhuat muy especial, existe un movimiento de reivindicación de la lengua y la cultura nahua a través de la música, que tenemos el honor de acompañar.
El náhuat de esta región tiene como algunas de sus características el ser una variante con -t; un náhua-t alejado de lo que en su momento fue la hegemonía mexica, quienes hablaban el náhuatl central, variante adoptada y adaptada por los españoles para sus fines de conversión religiosa, dado que el náhuatl fungió como lengua franca antes y después de la invasión española en toda la región mesoamericana e incluso más allá de sus fronteras originales. También tiene influencias, entre otras, en el léxico, del nuntajïyi (mal llamado “popoluca”, término despectivo infringido por los mexicas), cuyo significado es “palabra verdadera”. El nuntajïyi es una lengua de filiación mixe-zoqueana, representa a los primeros y más antiguos pobladores de la región y probablemente de toda Mesoamérica. Los propios hablantes del náhuat llaman a la lengua, como en otras sendas regiones del país, como en Tlaxcala, Puebla y Guerrero, mexicano, la forma más popular, junto con otras denominaciones, como nawatahtol “el habla náhuat” e incluso en la región podemos encontrar
designaciones como mela tahtol, “habla verdadera”.
Desde luego, hay que celebrar la aparición de este disco del grupo Tatzotzona, con quienes coincidimos a través de otra agrupación con quienes hemos trabajado, La Mar Ehegat o Brisa del Mar, cuyos esfuerzos por posicionar al náhuat son también tangibles. Este disco es producto del compromiso y entrega de un número de personas empeñadas en defender y valorar la diversidad a través del arte, una etnomusicóloga, un ingeniero de sonido, un realizador cinematográfico, y un lingüista, entre otros, todos apasionados del son,
generando sinergias que se cristalizan en productos como éste.
Durante el proceso de producción de este fonograma, todos hemos avanzado un gran aprendizaje que permite ser más incluyentes y dialogar para llegar a más y mejores productos que abonen semillas de creación con un sentido social. Vale la pena comentar un par de líneas sobre el proceso de producción de este disco y sus desafíos.
Ante todo, el disco está escrito y (re)creado en náhuat. Al principio pensamos que todos los números eran inéditos, composiciones originales. Sin embargo, en realidad la mayoría son adopciones y adaptaciones de sones existentes, sin ningún demérito del producto, aunque hay un par de poemas o prosa de autoría original del grupo Tatzotzona. En un futuro, sería deseable desarrollar propuestas inéditas que abonen al repertorio del son jarocho a través de composiciones originales en náhuat, musicales y poéticas, un sabroso sueño que seguiremos acariciando y propiciando.
La interpretación musical es de un nivel extraordinario, el empaque musical se escucha completo y la ejecución es excelente, se distingue la esencia sureña de esta tierra donde se toca son jarocho acompañado de un bajo muy presente. Los músicos pertenecen a diferentes comunidades de esta parte del Sotavento veracruzano: San Juan Evangelista, Cosoleacaque, Minatitlán y Pajapan. Los pregoneros son originarios de Pajapan y en esta ocasión estuvieron dedicados únicamente a cantar; es decir, no ejecutaron ningún
instrumento musical.
Es importante señalar que muchas de las coplas interpretadas en este disco son interpretaciones en náhuat de versos de dominio público. En donde el trabajo de traducción del español al náhuat ha significado un esfuerzo destacable por parte de los integrantes del grupo. También existen letras compuestas en náhuat para los sones: El Pájaro Cú, La Manta, La Iguana, La Herlinda, El Butaquito, La Gallina y traducidas al español. Llama la atención que en la versión en náhuat de este último son, toda la versada sea únicamente
referente al gallo, cuando en el repertorio del son jarocho existe el son de El Gallo, diferente al son de La Gallina (son de reciente creación). Sin embargo, es común que los versos se intercambien entre los sones con temáticas similares, por ejemplo: La Gallina, El Gallo y Los Pollos.
Vale la pena señalar que no en todos los sones se canta el estribillo; entre otros, en El Ahualulco, aunque en la ejecución musical sí se hace el cambio de compás de 3/4 a 6/8 en la parte que correspondería al estribillo, éste no se canta. Por otra parte, existe la composición de una poesía llamada La Pesca que cantan con la música de El Celoso y que narra la escena del ritual realizada antes de ir a pescar para “no augurar el mal”. Lo anterior nos habla de una transformación que enriquece la práctica poética del son jarocho, así como su lírica. Así, el hecho de practicar el son jarocho de una manera distinta al cánon o las prácticas hegemónicas del son jarocho, sugiere el establecimiento de mecanismos de defensa y recreación para reivindicar la práctica de su canto en náhuat. Posiblemente, cantan el son jarocho así de manera inconsciente, si bien no tuvimos oportunidad de convivir con ellos en un fandango, donde la práctica de la música, el canto y el baile se transforman en un texto colectivo del cual toda la comunidad es copartícipe.
Por otra parte, el disco fue grabado in situ en un solo día, en la escuela Secundaria Técnica Industrial número 83. El trabajo de edición de audio, mezcla y masterización también es extraordinario, y permite identificar claramente el sonido característico de la región y del grupo, así como el juego del entendimiento musical entre armonías, melodías y mánicos o rasgueos sobre la jarana que de manera rítmica contribuyen al entendimiento musical.
A diferencia de la ejecución musical cuyo sonido y nivel de ejecución es impecable, la escritura en náhuat fue y es problemática, todavía muy ocasional, dado que no hay una práctica y mucho menos una función social de la escritura. Ojalá este producto abone a ello. La falta de una norma ortográfica bien establecida se hizo evidente en el borrador entregado por los creadores originalmente, que trasudaba claras subordinaciones del náhuat al español, cosa que discutimos, hasta donde fue posible, con los Tatzotzona mismos, en quienes recae la responsabilidad última de la decisión de cómo escriben su lengua. Con todo, buscamos darles el mayor acompañamiento posible para generar una propuesta de escritura bien formada e informada, respetando la lógica propia del náhuat, procurando suscitar más conciencia sobre su estructura e incluso historia oral y escrita. Esperemos que estos anhelos empiecen a resonar en la mente no solo de sus creadores, sino de los niños y jóvenes con quienes trabaja Tatzotzona, un sueño compartido y esperemos
acogido por todos que abone al futuro y reivindicación de la lengua y culturas locales. Por último, pero no de menor valía, quisiéramos agradecer a todas las personas e instituciones que han hecho posible este fonograma: el IVEC, quienes sufragaron los gastos de la grabación de campo; así como a CONACYT y la embajada de Australia en México, de quienes recibimos el apoyo financiero para la producción, edición y distribución del disco.
Mariana Cruz Zuleta
José Antonio Flores Farfán
julio 2020
$199.00
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